Una reflexión sobre montar tu propia agencia de viajes:
Por fin te has decidido, vas a montar tu propio negocio. Una agencia de viajes.
Te informas de todo lo necesario para ello, primero toca decidir entre: franquicia, grupo de gestión o ir totalmente por libre. Miras toda esa aburrida normativa, que para colmo, no es nada clara.
Después, tras mucho meditar, toca echar cuentas. Llega el turno de hacer una lista de todos los gastos que vas a tener que afrontar. Cómo no, la gran mayoría de las veces aparece algún gasto inesperado.
Los gastos recurrentes todos los tenemos en mente: local, papelería, luz, agua, gestoría, seguros, etc. No obstante, hay ciertos gastos, que por desconocimiento o falta de información, están ocultos y se nos pueden pasar por encima. Entre ellos, son especialmente importantes:
El aval ante la Administración para agencias de viajes y sus gastos asociados.
Sin el aval para agencias de viajes, no van a concederte la licencia de apertura. Da igual el tamaño de la agencia, el aval es obligatorio al igual que el seguro de responsabilidad civil y el seguro de convenio colectivo en caso de tener empleados.
Se avecinan problemas.
Llega el momento de buscar la mejor forma de aportar el aval para tu agencia de viajes. No es tan sencillo como parece. Seguramente pensarás en ir al banco y pedir un aval. Pero, ¿es esa la mejor solución?